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domingo, 24 de marzo de 2013

Te digo yo que esas tías van todas con faja

Tal que así me lo decía P refiriéndose a las actrices ideales que pasaban por la alfombra roja de no sé qué acto onanista de entrega de estatuillas cinematográficas. Todo esto venía por cuenta de unos anuncios de fajas que habíamos estado viendo. Es que la televisión tiene cosas increíbles si uno tiene la suerte de cruzárselas y la paciencia de verlas. Una de las cosas mejores de la televisión, ahora que hay muchas, son los anuncios baratos. Antes no había de eso, no, porque había pocas cadenas y anunciarse en TV era un lujo reservado para empresas que ganaban dinero a espuertas pero ahora no, ahora eso se ha democratizado y se anuncian en la tele hasta los fabricantes de don Nicanor tocando el tambor.

Dentro de los llamados "infocomerciales" que emite la televisión en horarios de poca audiencia encuentro especial placer en aquellos que están dedicados al adelgazamiento. He podido observar que estos anuncios son fácilmente asimilables en tres categorías de las que paso a hablar sucintamente:

Categoría 1.- Aparatos de ejercicio

Todos ellos prometen lo mismo, que te vas a poner como un gladiador o como una diosa griega sin cansarte nada, nada porque con cinco o diez minutos al día es suficiente. Se trata de aparatos extrañísimos que te hacen trabajar la región abdominal pero que además te protegen partes del cuerpo que nunca creíste amenazadas como por ejemplo las cervicales. El éxito de estos aparatos está garantizado y se consigue en un par de meses. Una característica importante de los mismos es que son plegables y se pueden guardar debajo de la cama, claro indicativo de su origen norteamericano.


Categoría 2.- Productos dietéticos y cremas reductoras

Geniales. Pastillas o infusiones que te prometen un adelgazamiento radical en diez días, sin efectos secundarios y lo que es mejor, poniéndote butrino de todo tipo de alimentos hipercalóricos del tipo de hamburguesas grasientas y pasteles de nata y chocolate. Hasta donde sé se trata de laxantes así es que son eficientes que te cagas, que diría Gina Anónimo.

Las cremas reductoras son algo más sinceras porque ofrecen efectos inmediatos pero no permanentes. La prueba en el anuncio se hace in-situ y no tengo ni idea de cómo funcionan.


Categoría 3.- La faja

Es sin lugar a dudas el método más sincero. ¿Qué te anuncian? Una faja. ¿En qué consiste la demostración? En que te presentan a una vacaburra blanda y fofona, la embuten en la faja y les sale una vacaburra tersa que se puede enfundar un vestido dos o tres tallas menos. ¿Qué te prometen? Reducirte el perímetro mientras la lleves, ni más ni menos; lo que comas o bebas con la faja va de tu cuenta y ninguna se compromete a que la embutida pueda sentarse con la faja puesta, quizás se tenga que conformar entre estar tumbada o de pie.

Todas las fajas anunciadas se atienen al mismo principio y varían en la parte de cuerpo que embuten y en los materiales de construcción. Hay unas que van desde medio muslo hasta justo debajo de la pechera pero a mi la que más me ha impactado es una que lleva el frontal relleno de escayola. Lógicamente este modelo revolucionario promete un vientre plano como no podría ser de otra manera.

A mi lo de las fajas no me gusta, me parece poco sexy. Es más, las fajas me producen un profundo rechazo, prefiero una franca lorza que ese atrezzo infernal. Mi abuela usaba faja. Yo una vez lo vi y me ha quedado un trauma para toda la vida. Recuerdo durante mi infancia mirar de reojillo aquellos artilugios expuestos en las corseterías del barrio y sentir revivir la impresión de la contemplación del torso abuelil con sus contrafuertes y sus contienelorzas. En fin, de lo del trauma hace ya unos años, yo creo que ni siquiera iba al colegio, así es que daba yo por hecho que las fajas habían pasado a mejor vida hacía años, coincidiendo quizás con la época en que a las tías les dio por destruir sujetadores públicamente como imagen de liberación pero hace poco he descubierto que no es así. Lo descubrí con los docudramas esos de la TV de los que vengo hablando y con esa escena tan graciosa en que Hugh Grant está aligerando de ropa a Bridget Jones y descubre que esta lleva una especie de bragafaja y el ataque de risa que le da le impide continuar.

Pues nada, que en una intensa discusión sobre ese apasionante tema que son las fajas, mi santa me soltó la frasecita que titula esta entrada, que todas esas actrices estupendas con esas siluetas perfectas van embutidas en esas fajas que tanto horror me causan. Y el caso es que lo he estado pensando y he llegado a plantear si será verdad, oye.

¿Y que va a tener razón la tía? Miren vuesas mercedes este artículo.


Eligiendo faja


8 comentarios:

  1. Lo acabo de ver en un artículo de Vanitatis, ellos también usan faja.
    La marca por excelencia es Spanx. Ya he empezado a ahorrar para comprarme una, si quieres te cojo otra para ti, lo mismo nos hacen precio...

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    1. Querida, van a pensar estos señores que nos rebosan las carnes y no es el caso...

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  2. Españistán bis:
    Http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/asimplevista/2013/04/02/welcome-to-espanistan.html
    Gina

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    1. Buen parlamento, debemos haber estudiado en el mismo sitio ese tal Simón y yo.

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    2. En la escuela de la vida?
      Aunque ahí también hay diferentes tipos de enseñanzas!
      Gina

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    3. Siendo tantos resulta casi imposible ser único y original. Se hace lo que se puede, eso sí.

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  3. Alf,

    Si te sirve de algo yo también tengo un trauma infantil relacionado con las fajas...

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