Alguna que otra vez he contado a quien ha querido y ha tenido a paciencia de escucharme, que la Biología permite entender muchos aspectos de nuestro comportamiento social y cultural. Si me fijo en nuestra especie, que es de momento la más exitosa sobre la tierra, y miro cómo está organizada, me encuentro con lo siguiente: La probabilidad de que un individuo manifieste un sexo concreto es del 50%. La capacidad de una mujer de reproducirse es, habitualmente, un hijo por año. Sin embrago un hombre es teóricamente capaz de generar uno o más descendientes por día, es decir, tantos como 365 mujeres si no más. Esto me conduce a la conclusión de que una mujer tiene un valor biológico que es 365 veces, al menos, superior al de un hombre. Si damos por sentado que estamos en el mundo para multiplicarnos no parece anodino pensar que si uno puede producir una vez al año sea cuidadoso y cariñoso con su producto mientras que si estás en condiciones de producir continuamente la calidad de un poco igual, si te sale defectuoso un ejemplar pronto vendrá otro que lo redima. En fin, todo esto tiene muchas traslaciones pero la que me interesa hoy es la que me sirve para justificar la diferente sexualidad entre hombres y mujeres. Un hombre básicamente necesita donde "expansionarse" (que busca meterla en adobo, para que se me entienda) mientras que una mujer busca una calidad en la pareja. Esto es así nos guste o no y nuestras actitudes están reguladas en base a la reproducción y a la propagación de la especie, otra cosa es lo que luego tras elaborarlo intelectualmente, nos digamos cada uno.
Lo que acabo de contar creo que explica el hecho de que los hombres demos tanta relevancia a temas sexuales y que con tanta frecuencia pensemos en sexo, algo que al parecer no les ocurre a las mujeres. Para nosotros el sexo es un reflejo, está siempre ahí, no nos deja salvo cuando dormimos y no siempre. Cuando un hombre ve a una mujer no puede evitar el categorizarla sexualmente, si es más o menos atractiva, si tiene las tetas grandes o si los ojos bonitos (todo cuenta)... Cuando un hombre ve a una mujer su tendencia natural es la de cosificarla. No es maldad, es que estamos diseñados así. Siendo nuestra naturaleza cosificar a las mujeres no es menos cierto que se puede, sin gran dificultad, hacer un pequeñito esfuerzo intelectual para descosificar y ver a la mujer que tienes enfrente como una persona. No es cuestión de cambiar la naturaleza de las cosas, un escorpión siempre es un escorpión y un hombre siempre es un hombre pero uno puede comportarse como una persona. De hecho yo mismo lo consigo a menudo, nadie me lo nota. Lamentablemente no todo el mundo parece dispuesto a reconducir los instintos por la vía del intelecto y constantemente se ve mujeres cosificadas y el efecto de esto.
Hoy ha sido el día de la mujer trabajadora y pienso que eso debe ser lo que me ha inspirado esto que escribo. He oído hablar de mujeres maltratadas, de mujeres mal pagadas, de mujeres prostituidas, de mujeres que no llegan a los consejos de dirección... He escuchado a mucho idiota, bienintencionados unos, oportunistas otros que reclaman leyes de paridad y castigos ejemplares para los hombres maltratadores en lugar de exigir que la igualdad de oportunidades y la aplicación de las leyes sean reales y efectivas. No he oído a nadie decir que quizás hay menos mujeres en los consejos de administración porque para eso hay que priorizar la caza sobre la agricultura, la cantidad sobre la calidad y que quizás no sea esa la naturaleza de las mujeres. No he escuchado decir a nadie que tener hijos y convertirlos en buenas personas es tan exitoso, tan ideal y tan digno como dirigir una fábrica o hincharse a follar y en general bastante más complicado. Tampoco he escuchado a nadie que pida a los hombres, a todos los hombres, que hagan un esfuerzo, se sobrepongan a sus instintos y que dejen de cosificar a las mujeres y que, por defecto, las miren como personas y no hagan caso de esa vocecilla interior. Si dejamos de cosificar a las mujeres es probable que desaparezcan esas diferencias vergonzantes que cada 8 de marzo nos recuerda la prensa, que seamos un poco menos gorilas y un poco más personas.
Personalmente no puedo prometer que dejaré de mirar los labios o el escote de mis futuras interlocutoras pero prometo hacer todo lo posible para que no se me note. Por respeto.
Mírame a los ojos, muñeco |
Psicobiologia social ??? todo un temazo a debatir.
ResponderEliminarEn fin, supongo que tus interlocutoras agradecerán que disimules un poco tu enfoque al hablar con ellas porque hasta cierto punto, vale, pero si te pasas con los focos, te aseguro que tu CV tendrá un lamparón difícil de eliminar.
Debo confesar que yo tampoco podría mirar sólo a los ojos de una interlocutora con semejante escote y delantera, y no es porque me vayan las tetas, es que simplemente saltan ... a la vista.
Gina
Pues verás, yo recuerdo alguna ocasión de haber comentado con compañeros el esfuerzo titánico que habíamos necesitado ambos para mantener nuestros ojos en los ojos de ella y no en otro lugar. No porque ella fuese la jefa ni porque aquello fuese ni remotamente a lo de Salma, simplemente porque nos parecía poco serio dejarse llevar. Esto era hace veinte años, claro, ahora igual es más fácil pero la buena intención y el deseo de sobreponerse siempre estuvieron ahí, que no se diga.
EliminarYa lo dijo aquel: "tiran más dos tetas que dos carretas". Así son las cosas.
ResponderEliminarInstintos básicos...
EliminarTener que enterarme a través de este medio público que mi santo mira a otras ha sido un golpe duro.
ResponderEliminar¡Y yo que siempre pensé que él no era como los demás!
¿Y tú que saben de los demás?
Eliminar¿Y tú que sabes de los demás?
EliminarQue buen chico eres Alf!
ResponderEliminarEn realidad es una pose para ligar.
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