Cerrado mi acuerdo laboral en Italia, me pareció que lo correcto era volver al INEM y hacérselo saber para que no me paguen más, al fin y al cabo ya no necesito ese dinero y alguien habrá que sí. Y si se va en comisiones o despilfarros que no sea con mi connivencia, qué leche. El caso es que el pasado 12 de abril me presenté con mis papelitos en la oficina del INEM. El funcionario recio, el que nos recibía a portagayola, me agarró el papelito y me puso un sello pero cuando le conté que yo no quería renovar sino cancelar, quedó un tanto desconcertado. Me hizo saber que todo lo relacionado con prestaciones iba por cita previa pero claro, en mi caso lo de la cita previa era complicado porque yo emigraba el lunes y estábamos a viernes. Me dieron un número de fax al que podía enviar mi solicitud de dejar de cobrar pero no me inspira mucha confianza a mi eso del fax.
Como la conciencia Sánchez-Gordillo que según el facha de mi amigo tengo no me deja en paz, he vuelto al ataque. "Esto tiene que ser más fácil" me dije y la emprendí con la internet. Efectivamente llegué a una página web del INEM que ahora se llama SEPE y efectivamente encontré una opción para dar de baja mi prestación. Hay que pedir cita previa o usar DNI electrónico o utilizar una combinación de usuario y clave que en ningún sitio se explica cómo conseguir.
Empecé por la cita previa. Tras unos cuantos intentos con mi ordenador pedorrero del trabajo - un día de estos tengo que contar la difícil relación de los italianos con la tecnología- conseguí llegar a la cita previa. 29 de abril. Si le gusta pulse "CONTINUAR" si no "VOLVER". Como el día no me iba bien volví y el programita me llevó al principio de los principios del que me había costado varios minutos e incontables palabras malsonantes volver. Como el ordenador va a pedales, decidí intentarlo de nuevo con mi Apple-Ferrari y en eso he estado hace un rato.
Vuelvo a la página del INEM/SEPE y nuevamente me encuentro las opciones usuario misterioso, DNI electrónico, cita previa. También un número de teléfono que desde Italia no quise marcar. La última vez que me renové el DNI me dieron una cosa referente al DNI electrónico que tengo olvidada en un cajón, una ocasión para recuperarla. La encuentro, me leo un folleto larguísimo y la conclusión final es que necesito una adminículo lector de tarjetas del que carezco. Via muerta. Finalmente recurro al método tradicional, la llamada telefónica. Una voz grabada me cuenta una historia interminable al cabo de la cual me da unas cuantas opciones entre las que elijo la que más se ajusta a mis propósitos. En ese momento la voz me comunica que el tiempo de espera estimado es de más de seis minutos, mensaje que repite una y otra vez como el robot que es. Paso más de seis minutos escuchando que tengo que esperar más de seis minutos cuando una lejana vocecilla masculina que me trata con inusitada familiaridad me pregunta qué quiero. Ha sido muy curioso porque el tipo me ha tratado como si me conociera, de tú por supuesto, y me ha preguntado dónde me había ido y cosas así. Finalmente me ha explicado que no me podía solucionar el asunto por teléfono y comprendiendo mis dificultades para llegarme a la oficina de desempleo me ha recomendado que escriba mi solicitud en una carta, que lo acompañe de una fotocopia del DNI y que lo envíe por correo certificado a mi oficina del INEM del distrito. Lo voy a hacer, no se diga. No estoy seguro de que dejen de pagarme pero al menos tendré coartada cuando vengan a reclamarme. Por cierto, creo que ya estamos en 6.202.700 que es como si toda Cataluña estuviese en paro o nadie trabajase en la Comunidad de Madrid. No me lo explico, de verdad.
Funcionario recio recibe a parado bravo en la oficina del INEM |